
¿Cómo controlar los niveles de colesterol en sangre?
La paradoja del colesterol
Es una paradoja que a medida que nuestra sociedad limita el colesterol en la dieta de manera obstinada, las cifras de colesterol total y LDL se han vuelto más difíciles de controlar. Es más, el riesgo cardiovascular ha sido difícil de modificar a pesar de la plétora de información disponible que aborda el tema.
Esto a pesar de la cruzada contra el colesterol emprendida por parte de la industria alimentaria, con el respaldo de las diferentes sociedades científicas. Es posible que tengamos un conocimiento fragmentario o incompleto acerca de cómo el organismo maneja el colesterol exógeno y ajusta la síntesis de colesterol en el hígado.
Este artículo tiene como objetivo ilustrar la sincronizada interacción entre el colesterol de la dieta y la biosíntesis de novo en el hígado, así como los factores que alteran dicha coordinación de procesos fisiológicos.
Mecanismos de transporte y metabolismo del colesterol
Empecemos por explorar lo que sucede tras el consumo de colesterol dietario. Las grasas ingeridas son emulsificadas por las sales biliares. El colesterol es entonces absorbido por la célula epitelial intestinal por medio del receptor Niemann-Pick C1L1. La mayoría del colesterol es esterificado, mientras que la pequeña porción que permanece libre se devuelve a la luz intestinal por medio de las proteínas ABCG 5 y 8, de tal manera que un tercio del colesterol ingerido se elimina en las heces.
El colesterol esterificado, al no ser hidrosoluble, necesita hacer parte de una lipoproteína (quilomicrón), la cual es transportada al tejido adiposo donde se descarga de los triglicéridos. El remanente de quilomicrón va al hígado para hacer parte del “pool” de colesterol. Este pool de colesterol también recibe colesterol de LDL (vía-receptor LDL) y de HDL. Además, dicho pool se completa con colesterol sintetizado en el hepatocito.
En el hígado, el colesterol es sintetizado por un sistema de enzimas, de las cuales la hidroxi-metil-glutaryl-CoA-reductasa (HMGCoAR) es la más importante. Dicha enzima es activada por un factor transcripcional llamado “Sterol Response element” (SRE). A su vez el SRE activa una proteína llamada PCSK9, la cual bloquea el receptor LDL, como un mecanismo contrarregulatorio que trata de disminuir el colesterol en plasma cuando la síntesis hepática aumenta.
El papel del colesterol en la salud y enfermedad
Cuando un paciente recibe estatinas, que bloquean HMGCoAR, ambos mecanismos se activan, y esto explica la tolerancia que se puede desarrollar a su efecto. Además, estos dos efector de SRE explican el efecto de rebote que ocurre en el colesterol plasmático cuando dichos medicamentos se suspenden.
El pool de colesterol aporta el colesterol necesario para el mantenimiento estructural de las membranas celulares en todo el cuerpo, la síntesis de hormonas sexuales y esteroides, la síntesis de vitamina D y la absorción de grasas y vitaminas liposolubles. Una vez producido el colesterol en el hígado, este viaja con la lipoproteína de baja densidad (VLDL), la cual descarga su contenido de triglicéridos en el tejido adiposo.
El remanente de LDL (lipoproteína de densidad intermedia, IDL) recibe colesterol de la lipoproteína de alta densidad (HDL) para convertirse en lipoproteína de baja densidad (LDL). Los niveles excesivos de LDL se asocian a oxidación en la pared vascular. El colesterol oxidado es fagocitado (ingerido) por los macrófagos, los cuales lo esterifican convirtiéndose en “células espumosas”.
Conclusión y recomendaciones
Cuando la concentración de LDL es excesiva, el macrófago es incapaz de continuar esterificando el colesterol. Esto lleva a acumulación de colesterol libre, que debe ser liberado a la circulación, donde HDL lo captura y lo lleva de regreso al hígado o lo entrega a LDL para reiniciar el ciclo. Este círculo vicioso es la base para el desarrollo de placas ateromatosas y enfermedad cardiovascular.
La enzima HMGCoAR es degradada por medio de dos mecanismos: ubiquinización y fosforilación (vía kinasa dependiente de AMP, AMPK). En condiciones de hiperinsulinemia, hiperglicemia y resistencia a la insulina, la ubiquinización se bloquea. Por otra parte, en casos de hipotiroidismo, la fosforilación se disminuye. En ambas situaciones, el resultado neto es un aumento en la síntesis de colesterol, que es independiente del colesterol ingerido en la dieta.
Así las cosas, en condiciones fisiológicas, con concentraciones de glucosa, insulina y hormona tiroidea normales, el colesterol plasmático es determinado por un balance fino entre el colesterol ingerido y el colesterol sintetizado. Este balance permite que se mantengan niveles de colesterol total y sus lipoproteínas en niveles normales.
Entonces, cualquier estímulo para la producción anormal de insulina conduce a dicho desacople y a hipercolesterolemia. Los alimentos procesados, ultraprocesados y grasas trans tienen este efecto. En resumen, en ausencia de resistencia a la insulina (diabetes mellitus, síndrome metabólico, obesidad, consumo de alimentos procesados y grasas trans) e hipotiroidismo no controlado, el colesterol de la dieta solo, no produce hipercolesterolemia, puesto que al aumentar la ingesta de colesterol, se disminuye la síntesis endógena y viceversa.
¿Qué está en nuestras manos entonces? Comer alimentos naturales y eliminar los procesados y grasas trans. También, si se tiene un estado de hiperinsulnemia o hipotiroidismo, reducir el consumo de colesterol en la dieta